viernes, 30 de diciembre de 2016
ARDUO OBJETIVO
Trabajé lo indecible, me esforcé hasta lo imposible, sudé sangre, y sufrí lo indescriptible...
viernes, 23 de diciembre de 2016
RESCATE INESPERADO
Cuando el vagón de tren descarriló y vi cómo se comprimía a mi alrededor, amenazando
mi existencia con una agónica muerte por asfixia, la ansiedad se apoderó de mi mente y
las contusiones se adueñaron de mi cuerpo dolorido.
Durante los minutos siguientes a la detención del vagón, una terrible sensación de
angustia y dolor me atenazó mientras sentía cómo mi vida se escapaba lentamente de mi
cuerpo, que estaba perdido en un mar de miembros inertes de mis compañeros de viaje.
Todo lo que pude emitir fue un agónico quejido, ya que mis pulmones estaban aplastados
por el peso de varios asientos apilados sobre mí y reforzados por el retorcido metal de la
abollada pared del vagón. Así supe que sólo yo había sobrevivido a aquella tragedia.
Cuando el horror a la inevitable muerte se apoderó de mí, pude oir claramente unos
golpes en el exterior del vagón volcado. Rápidamente, unas enormes manos abrieron un
agujero y me sacaron de un tirón de mi prisión, al tiempo que el dolor me dio un latigazo
cuando fui movido.
La alegría se apoderó de mí durante los segundos anteriores a ver quién había sido mi
salvador. Mas el horror volvió a mi mente al contemplar a aquel ser que, debido al saber
popular, reconocí como un licántropo. No obstante, le agradecí, con voz casi
imperceptible, su gesto. Pero él sólo respondió:
- No me lo agradezca, me gusta comer la carne aún palpitante.
mi existencia con una agónica muerte por asfixia, la ansiedad se apoderó de mi mente y
las contusiones se adueñaron de mi cuerpo dolorido.
Durante los minutos siguientes a la detención del vagón, una terrible sensación de
angustia y dolor me atenazó mientras sentía cómo mi vida se escapaba lentamente de mi
cuerpo, que estaba perdido en un mar de miembros inertes de mis compañeros de viaje.
Todo lo que pude emitir fue un agónico quejido, ya que mis pulmones estaban aplastados
por el peso de varios asientos apilados sobre mí y reforzados por el retorcido metal de la
abollada pared del vagón. Así supe que sólo yo había sobrevivido a aquella tragedia.
Cuando el horror a la inevitable muerte se apoderó de mí, pude oir claramente unos
golpes en el exterior del vagón volcado. Rápidamente, unas enormes manos abrieron un
agujero y me sacaron de un tirón de mi prisión, al tiempo que el dolor me dio un latigazo
cuando fui movido.
La alegría se apoderó de mí durante los segundos anteriores a ver quién había sido mi
salvador. Mas el horror volvió a mi mente al contemplar a aquel ser que, debido al saber
popular, reconocí como un licántropo. No obstante, le agradecí, con voz casi
imperceptible, su gesto. Pero él sólo respondió:
- No me lo agradezca, me gusta comer la carne aún palpitante.
LA MUERTE DEL MAYORDOMO
1
En el Londres de los años setenta existió un hombre muy peculiar que se alojaba en el número cincuenta y cinco de la calle Oak.
Nuestro personaje es un detective que ronda los cuarenta y un años de edad. Tiene, por lo tanto, algunas canas en su espeso cabello negro, como su bigote. Su piel es pálida y sus ojos verdes.
Su vestimenta no difiere demasiado de la de la gente de la época; lleva un sombrero de bombín, camisa blanca con el cuello subido, corbata negra con rombos rojos y un clavo de plata, chaqueta y pantalón grises de pana y unos zapatos negros con suela de madera.
Posee un carácter excepcional y una inteligencia superior, así como un curioso e infalible método de observación y deducción. Su nombre es Jonathan Smith.
El señor Smith ayudó en numerosos casos al sargento de Scotland Yard conocido como Claminton.
viernes, 16 de diciembre de 2016
jueves, 15 de diciembre de 2016
LA MUERTE DE UN MITO
Encontró el cadáver en el suelo, completamente destrozado por la caída desde el tejado de la casa.
DESCONEXIÓN TOTAL
Tenía mucha gente agregada en sus páginas sociales. Se pasaba día y noche chateando en programas de mensajería instantánea...
No obstante, murió solo.
miércoles, 14 de diciembre de 2016
VISITA INESPERADA
No creo en fantasmas, pero me dan miedo, ya que tienen la mala costumbre
de venir sin avisar. Cuando mi tío vino de visita, me morí del susto.
de venir sin avisar. Cuando mi tío vino de visita, me morí del susto.
martes, 13 de diciembre de 2016
lunes, 12 de diciembre de 2016
DOLOROSA CULPABILIDAD
El sol del atardecer descendía lentamente mientras yo reflexionaba sobre los últimos sucesos.
¡Nunca me había sentido tan mal en mi vida!
Sucedió por la mañana. Mi novia y yo paseábamos por las calles de la ciudad, confiados y abrazados. Ella tenía plena confianza en mí, en que nada malo podría sucederle mientras estuviera a su lado.
¡Dios mío, y cómo le fallé! (aunque ella sostenga que no fue así).
¡Nunca me había sentido tan mal en mi vida!
Sucedió por la mañana. Mi novia y yo paseábamos por las calles de la ciudad, confiados y abrazados. Ella tenía plena confianza en mí, en que nada malo podría sucederle mientras estuviera a su lado.
¡Dios mío, y cómo le fallé! (aunque ella sostenga que no fue así).
ASALTO VIRTUAL
Hasta ahora, nunca se había perdido. Había navegado mucho durante gran parte de su vida, pero jamás le había ocurrido algo parecido. Entonces, encontró el icono del vínculo correcto, lo accionó y pudo volver a una zona conocida del ciberespacio.
Cuando se desconectó, se quitó el casco de realidad virtual y tomó un sorbo de su zumo de naranja antes de irse a dormir. ¡Al fin había conseguido piratear aquella complicada cuenta bancaria!
Cuando se desconectó, se quitó el casco de realidad virtual y tomó un sorbo de su zumo de naranja antes de irse a dormir. ¡Al fin había conseguido piratear aquella complicada cuenta bancaria!
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)








