Mientras caminaba vi algo increíble. Era un espécimen de un ser al que poco le falta para extinguirse.
lunes, 4 de septiembre de 2017
viernes, 14 de abril de 2017
EL ÚLTIMO FILÓSOFO
Paseo tranquilamente por una larga vereda de un parque cualquiera al tiempo que observo a mi alrededor.
Es triste ver que hay gente reunida en los bancos blancos, pero que, en lugar de socializar con la persona que tiene a su lado, cada persona sólo está atenta a su teléfono móvil. Aunque se dice que la actualidad es la era de las comunicaciones, en realidad lo es del aislamiento social.
DESTRUCCIÓN TOTAL: HIROSHIMA Y NAGASAKI
Aquellas luces en el horizonte escondían la realidad oculta.
lunes, 16 de enero de 2017
viernes, 13 de enero de 2017
viernes, 6 de enero de 2017
EL MISTERIO DEL ABISMO OCEÁNICO
Aparte de la vida autóctona de esas zonas, las profundidades marinas están repletas de vida. Allí residen Poseidón y sus huestes, los snorkels, Aquaman y sus atlantes, Namor y los suyos, la sirena Ariel y su familia, ¡y hasta Bob Esponja!
¿Por qué el ser humano no ha construido todavía ciudades submarinas?
miércoles, 4 de enero de 2017
lunes, 2 de enero de 2017
ANHELO DE LIBERTAD
Mientras el agua de la fuente caía gota a gota en el regazo de la misma, un hombre descansaba tumbado sobre la verde y fresca hierba de primavera.
Se ve a sí mismo cabalgando en un brioso corcel negro, cuyas crines del mismo color le golpean en el pecho. Su espada, colgada del cinto de cuero, rebotaba contra su muslo derecho, pues era zurdo.
La frondosa melena flameaba al viento, que recibía con agrado sobre toda su cabeza. El sol del atardecer convertía esa cabalgata en algo único. El sonido de los cascos del caballo era algo que el jinete también agradecía de sobremanera.
De repente apareció, corriendo a su lado, el factor decisivo para que aquella fuera la situación perfecta. Un enorme lobo gris, cuyo pelo liso también flameaba mientras corría. Y corría, aunque le costaba un gran esfuerzo, a la misma velocidad que el caballo, el cual se asustó un poco al ver al otro animal, pero, gracias a los cuidados de su jinete, se tranquilizó y continuó galopando.
El hombre, dentro de su sueño, era feliz. La libertad que le proporcionaba la situación en la que se encontraba nunca la podría tener en el mundo real.
Esa sensación de libertad ilimitada desaparece del mundo real porque estamos demasiado sujetos a nuestro tipo de sociedad, que nos esclaviza en la materialidad. La auténtica libertad es aquella en la que estamos inmersos en un estado de bienestar absoluto; sin ataduras, sin horarios que cumplir ni necesidades materiales algunas.
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